martes, 28 de agosto de 2012

Terapia génica en el combate de la EH

Una empresa de biotecnología llamada Alnylam ha anunciado esta semana que un pequeño ensayo clínico de una terapia génica basada en el ARN interferente (RNAi, por sus siglas en inglés) sugiere que la técnica puede tener un potente efecto sobre el gen que se desea tratar. El efecto terapéutico duró más de un mes con una única dosis. Además, la empresa está trabajando con un fabricante de aparatos médicos, Medtronic, en un método para administrar el tratamiento RNAi directamente al cerebro y tratar la enfermedad de Huntington, una enfermedad degenerativa. 

Los pacientes del ensayo tienen un desorden genético con origen en el hígado que conduce a la creación de depósitos de proteínas en muchos órganos. Alnylam, una empresa con sede en Cambridge, Massachusetts (EE.UU.) afirma que su terapia de RNAi, administrada en su dosis máxima, reduce la cantidad de proteína defectuosa que estimula la enfermedad en casi un 94 por ciento.
Estos resultados positivos dan peso a la idea de que la terapia de RNAi podría ayudar a pacientes con toda una serie de enfermedades genéticas. En la terapia de RNAi los investigadores producen trozos de ARN, un pariente cercano del ADN, que encajan con un trozo de un gen que les interesa. Al administrarse este ARN interferente pequeño (siRNA, por sus siglas en inglés) produce la destrucción de los productos de ese gen antes de que se puedan convertir en una proteína. La especificidad del RNAi al atacar determinados genes ha llamado la atención de mucha gente interesada en usarlo como tratamiento clínico.
“Las plataformas actuales tienen como objetivo las proteínas que producen la enfermedad, ligándose a esa proteína. Nosotros impedimos que se produzca la proteína”, explica Barry Greene, presidente y director de operaciones de Alnylam.
Pero un reto recurrente en el campo del RNAi es cómo administrar los siRNA directamente al punto adecuado en el cuerpo. Por sí solas, las pequeñas moléculas no sobreviven mucho tiempo en el torrente sanguíneo, así que inyectar a un paciente una solución de siRNA sin proteger no es eficaz. “El obstáculo técnico clave es conseguir introducir el siRNA en las células adecuadas”, sostiene Greene.
Para varios de sus proyectos Alnylam usa nanopartículas para proteger y administrar sus siRNA, de forma que luego se pueden introducir en el cuerpo mediante una inyección. Pero para las enfermedades genéticas que se originan en el cerebro las propias defensas del cuerpo, principalmente la barrera hematoencefálica, complican aún más la administración. Para sortear dicha barrera, que impide que la mayoría de las moléculas salgan del torrente sanguíneo y entren en el cerebro, Alnylam ha buscado otro mecanismo de administración: dosis directas de siRNA sin empaquetar. Medtronic, que diseña y fabrica aparatos médicos y tiene su sede en Minneapolis (EE.UU.), ha encontrado una forma de hacer esto. Juntas, las empresas han desarrollado un tratamiento que combina la terapia RNAi de Alnylam con la tecnología de administración del medicamento de Medtronic, para tratar la enfermedad de Huntington.

La enfermedad de Huntington, para la que no existe cura actualmente, se produce por la pérdida de neuronas debida a una proteína tóxica fabricada por un gen defectuoso. La idea que subyace en el nuevo tratamiento es detener la producción de esa proteína, al menos en parte, para que no pueda dañar el cerebro.
El tratamiento usaría un aparato fabricado por Medtronic que ya está implantando en 250.000 pacientes para tratar dolores crónicos y espasmos. El dispositivo dispone de un catéter conectado con una bomba de medicamento implantada en el abdomen mediante cirugía. La bomba administra el medicamento en el fluido que rodea la médula espinal a través del aparato. En el caso del trabajo acerca del tratamiento de la enfermedad de Huntington con RNAi, el sistema se ha adaptado para administrar líquidos directamente al tejido cerebral.
“Para crear presión se bombea activamente el medicamento al cerebro, y gracias a esa presión el medicamento se introduce en él más profundamente que los medicamentos administrados mediante difusión”, afirma Lothar Krinke, vicepresidente y director de los proyectos de estimulación del cerebro profundo de Medtronic.
En un estudio publicado este año, los investigadores demostraron que el aparato puede suministrarle siRNA a unos seis centímetros cúbicos de cerebro de un macaco. El resultado del estudio sugiere que este sistema era más seguro que 28 días de tratamiento mediante infusión y demostraba que la producción de la proteína del gen del tipo de Huntington en los monos casi se redujo a casi la mitad, explica Krinke.
En la actualidad Medtronic lidera el intento de introducir el aparato para tratamiento en la clínica. Aunque la empresa no explica cuándo piensa empezar con los ensayos, el trabajo ha sido financiado por CHDI, una fundación sin ánimo de lucro centrada en desarrollar una cura para la enfermedad de Huntington.

Tomado de www.technologyreview.es/read_article.aspx?id=41080

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