El CUIDADO DENTAL
La dentadura de los enfermos de Huntington no es por
naturaleza diferente, ni peores que las
de otros individuos pero, a pesar de ello, a la hora de la verdad,
dichos enfermos presentan muchos más problemas. Además, para los dentistas, el tratamiento de estos enfermos
puede acarrear varios problemas; ya que se enfrentan con personas que, a pesar
de que necesitan un elevado número de empastes bucales, son incapaces de abrir la
boca o permanecer sentados de manera apropiada. También pueden presentarse dificultades
financieras, de transporte, de acceso a los consultorios o de apatía o disgusto
por parte del enfermo o los familiares. Todos estos factores contribuyen a que
el tratamiento dental sea poco efectivo.
Generalmente, cuando los pacientes presentan
problemas tan importantes el dentista suele
aconsejar que se saquen todas las piezas para colocar una dentadura postiza,
pero, en el caso de los enfermos de Huntington, esta solución es el comienzo de
nuevas dificultades. En principio, una dentadura postiza permanece en su sitio
por succión, aunque también tiene mucha importancia la tensión de los músculos
faciales que la sujetan en su lugar. La actividad de dichos músculos es un
reflejo automático. En los enfermos de Huntington esta musculatura se encuentra desequilibrada y con los movimientos
involuntarios es fácil que puedan sacar la dentadura de su lugar de manera espontánea
y por desgracia demasiado frecuente. Para estas personas la hora de la comida
se transforma en algo demasiado complicado, poco apetecible y lento debido a sus dificultades para tragar.
Por otro lado para los enfermos que no se coloquen la dentadura se aproxima un
período de pérdidas de la propia estima debido al desagradable cambio que se va
a producir en su rostro, sus labios perderán su soporte y sus pómulos se hundirán.
Ante la pérdida de piezas bucales la mejor solución
es la de los implantes. Es una técnica cara pero que cuenta con muchos
beneficios pues al contrario de lo que ocurre con las dentaduras postizas el
enfermo mantendrá la misma eficacia que con sus piezas propias lo que aumentará
su calidad de vida.
PROBLEMAS ESPECÍFICOS Y SUS CAUSAS
Las razones que dan lugar a dichas dificultades tienen dos caras; por un lado la falta de habilidad
del enfermo para utilizar el cepillo y el hilo dental de forma apropiada, y por
otro la abundancia de azúcar en su dieta. El azúcar procedente de la comida
daña, en gran manera, la buena salud de la placa dental produciendo su posterior destrucción cuando las bacterias
bucales lo transforman en ácido. Se sabe que existe un período, que varía de
una persona a otra, durante el cual se puede proteger a las piezas dentales del
ataque del ácido (por ejemplo tomando minerales después de cada comida) pero si
no se hace nada durante unos días, el ácido penetra en las piezas dentales
produciendo su destrucción. Por tanto, el hecho de que los enfermos de Huntington
necesiten una dieta rica en azúcar unido a su falta de habilidad para mantener
limpios sus dientes, da lugar a la
destrucción de piezas bucales que, de
ordinario, permanecen sanas. Además las frecuentes infecciones dañan las
encías y los ligamentos que sujetan los dientes al hueso provocando, con el
tiempo, la caída de los mismos.
PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES DENTALES EN LOS PACIENTES DE HUNTINGTON
Hay que tener en cuenta que nos enfrentamos con un
caso especial dentro del cuidado preventivo de la población en general. Para
empezar los enfermos y sus cuidadores deben
entender la importancia de evitar la caída de los dientes para elevar la
calidad de vida del enfermo. La prevención es pues muy aconsejada para aquellos
que están en riesgo de padecer la enfermedad, así conseguiremos mantener las
piezas dentales en las mejores condiciones antes de que la enfermedad llegue a
sus fases más graves. Cuando esto suceda y, ya que el paciente no es capaz de
preocuparse por su salud dental es el cuidador quien deber tomar la iniciativa
de hacerlo.
LAS ENCÍAS, CUIDADOS PREVENTIVOS
Si conseguimos mantener nuestras encías libres de
sarro e irritaciones producidas por las bacterias, consolidaremos su estado
saludable. Tendremos que recurrir al cepillo de dientes y al hilo dental,
utilizándola con un movimiento de barrido a lo largo de la superficie que no
alcanza el cepillo, para lograr una limpieza efectiva.
En el caso de los enfermos de Huntington no existirán
problemas en las primeras etapas pero cuando la enfermedad avance, los
cuidadores o familiares deberán ocuparse de dicha tarea diariamente. Sería
beneficioso utilizar un cepillo dental eléctrico y de buena calidad, tan pronto
como sea posible, para desarrollar de esa manera, hábitos de limpieza que luego
permanecerán durante el desarrollo de la enfermedad. La acción de masaje que
produce dicho cepillo sobre las encías también aporta sus beneficios.
EVITAR LA CAÍDA DE LAS PIEZAS DENTALES
Dieta. Cualquier tipo de comida contiene
suficiente azúcar como para provocar la caída de los dientes, sin embargo
existen algunas que, además aportan factores de protección de los mismos.
Citando al profesor Elsdon Sorey: ”Al analizar un alimento tan natural como la
leche, hemos descubierto que, no solo es
un buen protector contra el ácido producido en la placa dental, sino que además
tiene el poder de aportar minerales que forman una película protectora en el
esmalte dental, por lo tanto a la hora de seleccionar alimentos debemos
potenciar el consumo de los productos
fabricados con leche, los productos integrales y las comidas sin refinar. Todos
ellos producirán importantes beneficios en nuestros cuerpos.”
Higiene dental. Debemos poner atención en que el enfermo
utilice el cepillo y el hilo dental de
manera apropiada, ofreciéndole nuestra ayuda, especialmente si la pasta dental contiene
flúor.
El descanso. La saliva fluye mucho menos durante las
horas de sueño provocando
digestiones lentas. Por ello es mejor que el enfermo
tome la cena un par de horas antes de irse a la cama.
Tratamientos con flúor. Al elegir una pasta de dientes será mejor que seleccionemos una que contenga una
parte elevada de flúor. También es aconsejable que el enfermo se haga un lavado
de boca semanal con flúor, bien por sí mismo o acudiendo a un centro adecuado o
que se haga un chequeo cada seis meses
en el cual podrá solicitar a su dentista que use una solución de lavado bucal
que contenga más flúor.
Acudir a un especialista. El dentista puede limpiar los dientes para prevenir las infecciones
en las encías, aplicar flúor para fortalecer sus dientes y detectar caries
cuando aparezcan. Además, podrá utilizar para sus empastes materiales que
incrementarán la resistencia de las piezas dentales. Al empastar podrían elegir
diseños que alargaran la vida de las piezas sustituidas.
Recuerde que lo mejor es prevenir la caída de las
piezas bucales y eso se conseguirá con una higiene adecuada. Si el enfermo ya
no es capaz de mantener por sí mismo esta higiene deberá ser usted quien tome
las riendas. Con una boca sana y en perfectas condiciones el enfermo podrá
afrontar mejor la difícil tarea de la masticación y deglución ya de por sí
problemáticas en la Enfermedad de Huntington.
Fuente: Cuidando al enfermo de Huntington. Una guía básica, publicado por Asociación Corea de Huntington Española (ACHE)
No hay comentarios:
Publicar un comentario