LA NUTRICIÓN
Nutrirse bien es fundamental para todo individuo.
Nuestro organismo necesita energía para poder actuar, y ésta energía proviene
de los alimentos que comemos. El cuerpo es como un motor que necesita
combustible para caminar, trabajar y pensar. La comida aporta este combustible
y éste a su vez se convierte en energía. Si se le da al cuerpo menos
combustible (energía) del que gasta, perderá peso.
En el caso de los enfermos de Huntington el motor va
más deprisa y por tanto aumenta el consumo de combustible. Cuando aparece una
pérdida de peso considerable el motor funciona con mayor lentitud, el cuerpo
tiene menos energía a su disposición y eso se traduce en debilidad y en menor actividad.
En los enfermos de Huntington, debido a los
movimientos involuntarios o a un desajuste en el metabolismo, o en ambos, es
fácil que pierdan peso de forma importante. Diversos estudios han demostrado
que una dieta de 5000 calorías parece ser la indicada para estos enfermos, ya
que disminuye los ahogos y mejora el estado de ánimo. Incluso hay enfermos que
habían pasado a una alimentación triturada y que una vez han ganado cierto peso
han podido volver a comer masticando; o enfermos que necesitaban ayuda para
caminar y con una dieta alta en calorías han conseguido ganar peso y han podido
volver a caminar sin ayuda.
Es sabido que a pesar de las dificultades que
normalmente tienen para ingerir alimentos, su apetito es voraz y vale la pena
aprovecharlo para que, con ciertas recomendaciones apropiadas, puedan ganar
peso y con ello disminuir los movimientos coreicos y aumentar su habilidad
funcional.
LA DIETA
La dieta de un enfermo de Huntington debe ser variada
e incluir proteínas, grasas, carbohidratos, vegetales, legumbres y frutas.
Es decir, la dieta básica es una dieta similar a la
de cualquier persona sana y no por querer que tome más calorías prescindiremos
de frutas con su importante aporte vitamínico o de verduras y legumbres, ricas
en fibra. Se trata de añadir calorías a la dieta básica mediante hidratos de
carbono y grasas para intentar aumentar el peso. Sin embargo este aporte de
calorías ha de ir en función de las necesidades y se ha de analizar la
presencia de enfermedades concomitantes (diabetes, hipercolesterolemia…) que
requieran un abordaje especializado.
AÑADIENDO CALORIAS
- Escoger carnes grasas como cerdo o cordero mejor
que pollo o pavo.
- Leches y yogures enteros en lugar de desnatados.
- Pescados azules como salmón, sardina, o atún en
lugar de blancos como la merluza o el rape.
- Usar quesos cremosos como Camembert o Brie o altos
en grasas. Mezclarlos con patatas, bechamel, verduras cocidas, sopas, salsas,
tortillas o revueltos
- Usar nata añadida a cereales, fruta, postres, sopas
y puré de patata aumentará las calorías ingeridas.
- Cocina la carne y el pescado con salsas
enriquecidas con aceite de oliva o nata liquida.
- Las legumbres tales como las lentejas son muy ricas
en proteínas y se pueden añadir a sopas, cazuelas y estofados.
- Los frutos secos tienen gran aporte calórico pero
pueden ser peligrosos si hay problemas con la masticación. Se pueden, sin
embargo, triturar con una picadora o molinillo de café y añadir a postres o
ensaladas.
- Si no existen contraindicaciones utiliza azúcar,
miel, mermelada o jarabe de arce para endulzar los postres o las bebidas.
Añádelos a las cremas, pudines o cereales.
- El chocolate fundido al microondas se puede añadir
a flanes, postres o batidos.
ALGUNAS IDEAS
- Arroces con carne, pescado o marisco, o simplemente
a la cubana con tomate y huevos fritos.
- Estofados de patatas con carne de cerdo, ternera o
cordero. También los puedes preparar con filetes de pescado congelado que no tienen
espinas y acompañarlos de espinacas o acelgas.
- Cocido de garbanzos elaborado con huesos de ternera
(los mejores son los llamados de caña que contienen tuétano), de jamón, con
nabo, puerro y apio, magro de ternera y tocino de cerdo curado. Se puede añadir
también moronga.
- Lentejas cocidas con pollo, tocino, chorizo,
cebolla y un pimiento
- Toda variedad de verduras cocidas es buena. Si le
añadimos patatas y nata y las trituramos conseguiremos un puré de textura ideal
y muy nutritivo.
- Los helados tienen también un gran aporte calórico.
Se pueden preparar fácilmente en casa con leche, nata líquida, azúcar y
añadirles el sabor que nos interese con chocolate, turrón de almendras, o
frutas.
- El arroz con leche es también muy nutritivo así
como los flanes, cuajadas o natillas.
- La leche condensada es otra solución para ingerir
leche con un sabor diferente.
Se prepara calentando la leche con azúcar, canela y
vainilla y batiéndolo muy bien. Luego se pone en el congelador y cuando ya está
casi congelada se vuelve a triturar. La textura resultante es para tomarla con
pajita que puede ser muy útil según el estado del enfermo.
Es importante que nuestros enfermos mientras puedan
salir a la calle disfruten de la comida en restaurantes y con amigos o
familiares. Nuestra sociedad ha hecho de la comida un acontecimiento social y
mientras nuestros enfermos puedan mantenerlo es importante que sigan
haciéndolo. Esto les quitará el aislamiento hacia el que suelen tender, les
servirá para relacionarse e incluso será un vínculo familiar que estrechará las
relaciones.
LA BOCA SECA
Algunos enfermos se quejan de sequedad en la boca.
- Las frutas ácidas como el limón mezclado con agua
favorecerán la salivación.
- Chupar cubitos de hielo puede ser útil siempre y
cuando no haya riesgo de tragárselo.
- Los caramelos ácidos de fruta también favorecen la
salivación pero solo deben tomarse, como en el caso anterior, si no hay peligro
de tragárselos.
- Consulta al médico sobre la posibilidad de usar una
solución hidratante oral
Y FINALMENTE
Un dietista puede aconsejarte sobre las necesidades
terapéuticas de tu enfermo de Huntington. Así mismo puede recetarle suplementos
dietéticas que agreguen calorías a las comidas.
Y recuerda que las comidas deben tener siempre un
aspecto apetitoso.
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